29 Abr, 2025 | Guía Cultural

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Sevilla, una fiesta para todos los sentidos

La ciudad late al ritmo de su cultura, y estos eventos harán que te enamores aún más de ella:

Bienal de Flamenco

Pasear por Sevilla en los días del Festival de Flamenco es como sumergirse en un hechizo antiguo. No es solo un evento cultural, es una celebración de raíces, de pasión cruda, de historia viva que aún respira por las calles del casco antiguo, por los tablaos y los patios encalados que se llenan de palmas y quejíos.

Cada año, este festival —oficialmente conocido como la Bienal de Flamenco de Sevilla, que se celebra cada dos años desde 1980— se convierte en la meca de los amantes del arte jondo. Durante semanas, la ciudad late al compás de bulerías, soleás y seguiriyas. Grandes nombres como Paco de Lucía, Eva Yerbabuena, Israel Galván o Farruquito han dejado su huella sobre sus escenarios, pero también lo han hecho jóvenes promesas que traen aire fresco sin romper con la esencia.

🌟 Una anécdota con duende

Cuenta la leyenda local que una noche, en uno de los patios de Triana durante la Bienal, un cantaor se quedó sin voz en pleno recital. En un gesto improvisado y mágico, un anciano del público —vecino del barrio y cantaor retirado— se levantó y continuó el tema con tal fuerza y emoción que el público rompió en un aplauso interminable. No estaba en el programa, pero fue uno de los momentos más recordados del festival. Así es el flamenco: impredecible, íntimo, arrebatador.

🎭 Curiosidades que quizás no sabías

  • El escenario del Lope de Vega, sede principal del festival, fue originalmente construido para la Exposición Iberoamericana de 1929. Su arquitectura majestuosa es casi tan emocionante como las actuaciones que acoge.
  • La Bienal de Flamenco no solo se limita a Sevilla capital. A menudo hay actividades paralelas en pueblos con fuerte tradición flamenca, como Utrera, Lebrija o Morón de la Frontera.
  • En algunas ediciones, se han organizado clases abiertas y talleres de palmas y compás en plena calle, para acercar el arte jondo incluso a quienes no lo conocen.
  • El festival ha acogido a artistas de Japón, India o Estados Unidos, porque el flamenco ha cruzado fronteras y tocado almas en todo el mundo. No es raro ver a japoneses cantando por soleá con una pureza que asombra incluso a los gitanos viejos del barrio.



Las Noches en los Jardines del Alcázar: música entre fuentes, leyendas y estrellas

Cuando cae la noche sobre Sevilla y el calor da tregua, los Jardines del Real Alcázar se transforman. De día son historia viva, patios mudéjares y estanques de agua quieta… pero de noche se despierta algo más profundo. Es como si el tiempo retrocediera y uno pudiera escuchar los susurros de sultanes, reinas, poetas y cortesanos escondidos entre los arrayanes y naranjos. Y en ese silencio encantado, suena la música.

“Las Noches en los Jardines del Real Alcázar” no es solo un ciclo de conciertos. Es una experiencia sensorial completa. Durante los meses de verano, este festival íntimo reúne música antigua, flamenco, jazz, clásica o músicas del mundo, bajo las estrellas y rodeado de uno de los escenarios más mágicos de Europa.

🌟 Una noche que se quedó para siempre

Una amiga guitarrista me contó una vez que fue a tocar allí, nerviosa por la carga histórica del lugar. Justo al empezar su recital, una lechuza blanca sobrevoló el escenario y se posó en una rama cercana, como si fuera parte del programa. El público enmudeció. “Fue como si el Alcázar aprobara nuestra presencia”, me dijo entre risas. Desde entonces, cada vez que va como público, mira al cielo antes de sentarse.

🌿 Curiosidades que dan aún más magia

  • El Real Alcázar de Sevilla es el palacio real en uso más antiguo de Europa. Su belleza ha sido escenario de películas y series como Juego de Tronos o Lawrence de Arabia, pero de noche, cobra un aire completamente distinto, íntimo y casi secreto.
  • Las entradas para los conciertos son limitadas, y eso permite que el ambiente sea recogido, respetuoso, silencioso… Solo la música y el murmullo de las fuentes.
  • La programación incluye tanto talentos emergentes como figuras internacionales. No es raro ver, por ejemplo, a un laudista italiano tocando renacimiento un jueves, y a un trío de jazz flamenco improvisando al sábado siguiente.
  • El público a menudo aprovecha para pasear antes del concierto. Hay quien afirma haber visto sombras antiguas entre los setos, o haber sentido un perfume de azahar aunque no sea primavera.

Festival de Cine Europeo

Sevilla es luz, arte y tradición, pero también sabe mirar hacia adelante. Cada otoño, la ciudad se viste de cine y se convierte en un gran escaparate para lo mejor del séptimo arte del viejo continente. El Festival de Cine Europeo de Sevilla no es solo una cita cinéfila: es una experiencia cultural, una declaración de amor por las historias bien contadas, y una oportunidad de viajar sin salir del asiento.

Desde su nacimiento en 2004, este festival ha sido el punto de encuentro para directores emergentes, cineastas consolidados y un público fiel que busca algo más que entretenimiento: busca emoción, crítica social, reflexión, estética… y a veces, también desconcierto. Porque el cine europeo no tiene miedo a incomodar o a mostrar la vida sin filtros.

🌟 Una anécdota de cine

Una noche de noviembre, hace unos años, llovía con fuerza sobre Sevilla. Aun así, la cola para entrar al Teatro Lope de Vega daba la vuelta a la manzana. Se proyectaba una película polaca en versión original. El acomodador contaba luego, con orgullo, que ni una sola persona salió durante la proyección, a pesar del idioma, del ritmo pausado, del frío. “Cuando una historia toca, no importa el idioma”, decía con una sonrisa. Y así es.

🎥 Curiosidades que quizá no sabías

Durante el festival, es habitual ver a los asistentes salir de una proyección directa a una terraza cercana, copa de vino en mano, comentando la película como si fueran parte del jurado de Cannes. El ambiente cinéfilo se contagia.

El festival no se limita a salas de cine. También hay actividades en institutos, centros cívicos y espacios al aire libre, acercando el cine a todos los rincones de la ciudad.

Es el único festival en España dedicado exclusivamente al cine europeo y es calificador para los Premios del Cine Europeo (EFA), como lo es Cannes o Berlín.

Sevilla acoge también debates con directores, encuentros con actores, talleres de cine y música, e incluso secciones dedicadas al cine hecho por jóvenes andaluces.

Ha sido plataforma para descubrir a cineastas que luego triunfan en los Goya o los Óscar. Muchos de ellos pasaron por Sevilla cuando aún no eran conocidos.



Corpus Christi en Sevilla: la ciudad se arrodilla al paso del misterio

Hay días en que Sevilla no camina, Sevilla desfila. Y uno de esos días sagrados es el Corpus Christi, cuando la ciudad se transforma en un templo al aire libre y el alma colectiva parece respirar al unísono. No importa si eres creyente o no: el espectáculo de fe, arte y tradición que ofrece Sevilla en esta festividad emociona a cualquiera que tenga un mínimo de sensibilidad.

El jueves del Corpus, la ciudad amanece con aroma a romero, con calles cubiertas de toldos y lonas, balcones adornados con colgaduras y retablos efímeros que hacen que cada esquina parezca salida de una pintura barroca. Desde primera hora, los sevillanos madrugan con elegancia para presenciar una de las procesiones más antiguas y solemnes de la ciudad.

🌟 Una anécdota que florece con el amanecer

Dicen que una vez, un extranjero preguntó por qué todo el mundo iba tan temprano a ver pasar una custodia de oro. Una anciana, con mantilla negra y rosario en mano, le respondió:

“Hijo, no es oro, es Dios andando por Sevilla”.

El visitante se quedó quieto. No entendía todo, pero lo sintió todo. A veces, las explicaciones sobran.

⛪ Curiosidades del Corpus sevillano

El acto empieza tan temprano porque la procesión debe terminar antes del mediodía, en honor al momento en que, según la tradición, el sol está en su punto más alto y representa la gloria de Cristo.

La Custodia del Corpus, obra de Juan de Arfe, data del siglo XVI y es una auténtica joya de orfebrería. Tarda más de cuatro horas en recorrer el centro histórico, llevada con suma lentitud y solemnidad.

Además de la Custodia, procesionan varias imágenes sagradas, como el Niño Jesús de la Sacramental del Sagrario, la Inmaculada de la Universidad, y San Fernando, patrón de la ciudad, que parece volver a la vida al pasar frente a la Catedral que él mismo conquistó.

En muchos barrios, sobre todo en el centro, se colocan altares efímeros en la calle, con imágenes religiosas, flores, candelabros, y hasta música en directo. Son verdaderas obras de arte populares que solo duran unas horas.

El Corpus en Sevilla tiene también una faceta lúdica: hay gigantes y cabezudos, bandas municipales y repique de campanas, en una mezcla de lo solemne y lo festivo muy típica de esta tierra.



La Velá de Santa Ana: el alma de Triana se enciende en verano

Si hay un momento en el año en el que Triana se muestra tal y como es —auténtica, popular, generosa y con duende— es durante la Velá de Santa Ana. Cada julio, cuando el calor aprieta y el río Guadalquivir reluce como una cinta de plata, este barrio con alma propia celebra una de sus fiestas más queridas y antiguas, llena de color, música, olor a albahaca y sabor a tradición.

Se dice que la Velá nació en el siglo XIII, cuando los fieles acudían en romería a la Real Parroquia de Santa Ana, conocida como la Catedral de Triana, para honrar a su patrona. Pero como buena fiesta sevillana, la devoción pronto se mezcló con la alegría, la música y el tapeo… y así nació esta celebración única, que mezcla religiosidad, arte y calle viva.

Si hay un momento en el año en el que Triana se muestra tal y como es —auténtica, popular, generosa y con duende— es durante la Velá de Santa Ana. Cada julio, cuando el calor aprieta y el río Guadalquivir reluce como una cinta de plata, este barrio con alma propia celebra una de sus fiestas más queridas y antiguas, llena de color, música, olor a albahaca y sabor a tradición.

Se dice que la Velá nació en el siglo XIII, cuando los fieles acudían en romería a la Real Parroquia de Santa Ana, conocida como la Catedral de Triana, para honrar a su patrona. Pero como buena fiesta sevillana, la devoción pronto se mezcló con la alegría, la música y el tapeo… y así nació esta celebración única, que mezcla religiosidad, arte y calle viva.


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